La obesidad es una condición crónica definida por una cantidad excesiva de grasa corporal que se produce cuando las personas toman más calorías de las que queman durante un largo período de tiempo. Además de afectar su calidad de vida, la obesidad también aumenta el riesgo de desarrollar condiciones de salud graves como la presión arterial alta y la diabetes. En general se entiende que aquellos con un índice de masa corporal (IMC) de 25 tienen sobrepeso, y aquellos con un IMC de al menos 30 son obesos, aunque el IMC no mide directamente la grasa corporal. La prevalencia de obesidad se ha más que duplicado en todo el mundo desde 1980. Según la Organización Mundial de la Salud, 600 millones de personas eran obesas en 2014, lo que equivale al 13% de la población adulta del mundo. Aunque no es esencial que la obesidad busque el diagnóstico, el asesoramiento médico puede ayudar a las personas preocupadas por la mayor probabilidad de complicaciones.
La obesidad crónica pone a las personas en riesgo de sufrir artritis, accidentes cerebrovasculares, diabetes y enfermedades cardiovasculares, así como cáncer de mama esofágico, endometrial, colorrectal, renal y postmenopáusico. El tratamiento para la obesidad implica una combinación personalizada de comer sano, de ejercitar regularmente, y de tratar cualquier condición subyacente. Prescripción de pérdida de peso medicación y cirugía también están disponibles para aquellos que son extremadamente obesos.
Fuentes de expertos adicionales:
Obesity Society
Centers for Disease Control and Prevention
World Health Organization