La presión arterial alta, o hipertensión, ocurre cuando la presión de la sangre que fluye en los vasos sanguíneos está por encima del rango normal. No se puede curar, pero se puede controlar con los cambios de estilo de vida y la medicina prescrita por su médico. El CDC estima que 67 millones de estadounidenses tienen presión arterial alta, o 1 de cada 3 personas en Estados Unidos, y la mayoría de las personas con hipertensión no lo saben.
La mayoría de los casos de presión arterial alta no tienen una causa clara. Los factores de riesgo incluyen la obesidad, el tabaquismo, la genética, la vejez y el consumo excesivo de alcohol o sodio. La presión arterial alta con frecuencia es asintomática, por lo que es tan peligroso. Las complicaciones de la hipertensión pueden incluir enfermedades del corazón, apoplejía, endurecimiento de las arterias, enfermedad renal, enfermedad ocular, preeclampsia y disfunción eréctil.
Aunque los bloqueadores beta, los bloqueadores de calcio y los inhibidores de la ECA se prescriben comúnmente para los pacientes con hipertensión, los tratamientos no medicinales como el control del estrés, la dieta baja en sodio, el ejercicio y la pérdida de peso también pueden ser eficaces. La mejor manera de monitorear su presión arterial es con chequeos regulares, o monitoreo regular con un esfigmomanómetro, comúnmente conocido como un manguito de presión arterial.
La atención de seguimiento para aquellos con presión arterial alta es especialmente importante. Junto con la verificación de los niveles de presión, su médico debe detectar los factores de riesgo como el colesterol alto y el daño a las arterias periféricas, así como los pulmones, el corazón y los riñones.